domingo, 5 de diciembre de 2010

ADICCIÓN


Ana se recosto a mi lado mirandome con ojos pensativos, la media luz que entraba a traves de las rendijas de la persiana que caian sobre las curvas de su cuerpo acariciandola la hacian todavia mas seductora y apetecible, paso el brazo por encima mio para llegar a la mesita de noche y coger el paquete de Lucky Strike, aproveche para darle un pequeño mordisco en el pecho.
-eyyy, estate quieto – dijo sonriendo y dandome una leve bofetada en la mejilla, encendio un cigarro y me miro de nuevo, le dio una calada y mientras el humo escapaba en dirección al techo haciendo extrañas formas me puso el filtro entre los labios, le di una calada y la mire a los ojos, para acto seguido preguntarle una duda que me asaltaba.
-¿Que piensas de todo esto?.
Me miro inquisitivamente.
-¿Sobre que?, ¿sobre lo nuestro?
-¿Crees que somos adictos al sexo?
Me miro durante unos segundos, luego miro hacia el techo recostandose de nuevo, y mirando hacia un punto imaginario me respondió.
-No lo se, lo cierto es que cada vez nos vemos más a menudo, y dedicamos menos tiempo a las palabras y más al placer. ¿Tu que piensas?.

La conoci en los probadores de unos grandes almacenes, digamos que abrió la cortina adecuada para esconderse de un admirador y se encontro con un servidor el cual no le puso ninguna pega al respecto, una cosa llevo a la otra, y al final no recuerdo si me quede la camiseta que me iba a probar, pero lo cierto es que poco importa.
Nos dimos los telefonos, y al día siguiente me encontre marcando su número para llamarla, nunca he sido impulsivo en ese sentido y he preferido dejar que sean ellas las que den el primer paso, esa misma noche, pasamos de una cena ligera a unas copas de más, y de ahi a mi cama, pensaba que, como dice el maestro Sabina, después de madrugada, me abandonaria como abandonas a los zapatos viejos, pero cuando desperte aun estaba allí, y llego la hora de la comida y siguio alli, hasta que a la tarde se despidio diciendome que me llamaria, no tardo ni dos días que me llego un mensaje preguntandome si hacia algo esa noche.
Esa noche en la cena, pusimos las cartas sobre la mesa, le enseñe mis cartas y ella doblo la apuesta, acepte ver su juego y acabamos acordando que cada martes y cada viernes nos veriamos, eramos-somos solteros, y la solteria era lo que queriamos mantener, ninguno le preguntaba al otro sobre sus otras conquistas, eso era clave, las comidas, las cenas y las copas al final acabaron haciendose directamente en su casa o en la mia, y las palabras normalmente solian venir después de entregarnos a la pasión y no antes, llevabamos así seis meses, y en esos seis meses habian habido cambios, digamos importantes, de vernos dos dias a la semana al principio, nos veiamos cuatro, eso era electrizante y al mismo tiempo algo a tener en cuenta y a preguntarse el porque, una simplificación fácil seria decir que nos compenetrabamos bien en la cama, pero esa compenetración después llevaba a quedarse mas rato del necesario en una relación de amantes y ninguno de los dos hacia nada para impedirlo.

-Pienso que me siento como un yonqui- le dije mientras mis ojos miraban la lampara del techo. Dicen que los adictos al sexo, a lo que realmente son adictos es a las feromonas que el cuerpo desprende cuando se produce el acto sexual, me daba igual que me las feromonas me las suministrara Ana u otra, la cuestión era que cada vez necesitaba más, pero lo más preocupante es que cada vez más necesitaba que fuese Ana la que me las suministrase y eso me preocupaba.
Al final, al desentramar todo esto en mi cabeza, acabe deduciendo que mi adicción cada vez era más a ella y no al sexo.
-¿Y que te sientas como un yonqui es bueno o es malo?,- me pregunto ella.
-No lo se, dimelo tu. - Le conteste tirandole la pelota a su tejado.- ¿Te vas a quedar a desayunar?.
Apago el cigarro en el cenicero y mientras bajaba su mano y me cogia el miembro acerco sus labios a los mios.
-....Si, quiero quedarme- y me beso como solo ella sabia hacer, apretando sus labios tanto a los mios que me hundio en la almohada, su lengua se encontro con la mía y note como entre sus dedos mi pene se ponia duro, me pregunte el porque era capaz de excitarme tanto y tan rápido, me volvi tumbandola en la cama, y mi lengua empezo a bajar por su cuello,dandole mordiscos suaves, evite la tentación de pararme en su pechos como hacia siempre porque sabia que sino no habria manera de sacar mi boca de alli y mi lengua bajo entremedio de ellos pasando por el ombligo, mis manos la cogieron de las caderas metiendose por debajo de sus muslos y la arquee un poco, entonces mi lengua entro dentro de ella, habia momentos para ir despacio y momentos para ir directo al tema, este era uno de ellos, la saboree mientras intentaba que no se moviera tanto porque sino no podia seguir lamiendola, segui asi hasta que note como sus muslos apretaron mis orejas hasta mi cabeza y sus manos me apretaban a su centro, entonces me fue más dificil seguir porque empezo a moverse compulsivamente hasta que lanzo un alarido y todo su cuerpo se tenso para relajarse después, segui ahi abajo ahora mas despacio, volvi a subir por todo su cuerpo esta vez si parandome en sus pechos, me gustaba mordisquearle suavemente los pezones, siempre han sido mi debilidad, y mientras lo hacia la entre lentamente hasta el final, estaba muy humeda y mi pene se movia sin dificultad,entraba y salia despacio mientras nos mirabamos directamente a los ojos, a ratos iba despacio, luego aceleraba, bajaba la intensidad, luego la subia, cuando note que iba a llegar al extasis, la abraze fuertemente y me corri dentro de ella con mi cabeza apoyada en la suya, en estos momentos era cuando averiguaba que con ella empezo siendo sexo, pero que poco a poco se iba convirtiendo en algo mucho más intenso, eso era lo que por un lado me hacia coger miedo y por el otro me atraia, sabia que si rompiamos la magia de vernos en dias sueltos, al final acabariamos por ser como tantas parejas que al cabo de los años, solo queda el cariño, yo no queria eso, queria desearla cada vez que la viera, alegrarme de encontrarme con ella de nuevo, contarle lo que habia hecho en esos dos o tres dias anteriores, queria mi independencia, mi libertad, pero cada vez era más dficil, no, no era adicción al sexo lo que estaba teniendo, era adicción a ella, a ella le pasaba lo mismo, lo sabia, lo notaba y ninguno de los dos nos resistiamos a ello, estabamos dejando que sucediese.
Me pasaba algo extraño, cuando veia a mujeres hermosas por la calle, no las miraba igual, antes me imaginaba como seria estar entre sus piernas, como besarian, como serian en la intimidad de la alcoba, ahora enseguida aparecia la imagen de Ana a mi memoria y me decia a mi mismo que ninguna podria ser mejor que ella, eso me preocupaba porque me demostraba que cada vez estaba más enganchado de ella y que incluso parecia que me sentia culpable por pensar algo intimo y sexual con otra mujer, era algo nuevo para mi.

Se quedo a desayunar y después volvimos a hacerlo , esta vez en la mesa del comedor, me gustaba esa postura, me gustaba estar de pie, y ponerla arqueada boca abajo en la mesa, notar su culo golpear contra mi vejiga mientras la penetraba y la atraia hacia mi cogiendola de las caderas,aparte de que también sabia que a ella le gustaba sobremanera esta postura, la oia gemir y removerse y eso me excitaba aun más. Despues eso llevo a la comida, a la cena, con intercambios de fluidos entremedio y mucha conversación, risas y confidencias.Pasaron 10 días y todavia no habia vuelto por su piso a regar las phalaenopsis que cuidaba con tanto mimo, me dio lastima, así que le dije que fueramos a regarlas, que seria una lastima que flores tan bonitas se estropearan, al ir, aprovecho y saco la maleta, metio ropa y algunos productos y objetos de higiene y se los trajo para casa...las phalaenopsis se las trajo una semana más tarde.
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